"...he atesorado las palabras de su boca más que mi
comida" (Job 23:12 LBLA)
Todos los psicólogos
concuerdan en esto: sólo hacemos aquellas cosas que nos gratifican. Por eso,
cuando la lectura de la Biblia
no es gratificante, lo dejamos; aunque luego nos sentimos culpables, nos
debilitamos espiritualmente y nos desanimamos. Así como tu cuerpo no puede
sobrevivir sin comida diaria, tu alma tampoco puede prosperar sin la Palabra de Dios. La Biblia dice: "Te
humilló y te hizo pasar hambre, pero luego te alimentó con maná, comida que ni
tú ni tus antepasados habían conocido, con lo que te enseñó que no sólo de pan
vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del Señor"
(Deuteronomio 8:3 NVI). Uno de los peligros del iphone y los teléfonos
inteligentes es que nos acostumbramos a vivir con pequeñas ráfagas de
información y mensajes cortos limitados a 140 caracteres o menos, lo que nos
crea un "trastorno por déficit de atención (TDA)" espiritual.
Dios no puede ser limitado a un número de palabras o a unos
momentos apresurados en la jornada. Para avanzar, tienes que meditar en
las Escrituras de día y de noche (Salmo 1:1-3). 'No tengo tiempo para leer la Biblia', es tu excusa.
¿Cuánto tiempo pasas al día viendo la televisión, horas? Si ver la televisión
te resulta gratificante, pero la
Palabra de Dios no, tu espíritu está necesitando cuidados
intensivos. Si quieres que cambie tu vida, cambia tus hábitos y empieza a leer la Biblia. Job , que
sufrió más calamidades que ninguno de nosotros nunca haya tenido o tendrá,
dijo: "Del mandamiento de sus labios no me he apartado, he atesorado las
palabras de su boca más que mi comida" (Job 23:12 LBLA).
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no
descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra.. ." (Isaías
62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA
HOY")