jueves, 20 de marzo de 2014

EL VALOR DE UNA BUENA ALIMENTACIÓN 20 marzo

EL VALOR DE UNA BUENA ALIMENTACIÓN


Por Milagros García Klibansky






“Deseen como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcan para salvación.”  1 Pedro 2:2


“No propagarás falso rumor. No te concertarás con el impío para ser testigo falso.”  Exodo 23:1


Muchos nutriólogos aseveran que 'somos lo que comemos' y con el tiempo me he dado cuenta que es cierto, por propia experiencia. Durante mucho tiempo acostumbré a comer vegetales y frutas a priori de otros alimentos menos nutritivos y con ello no sólo lograba mantener un peso estable, sino que alejaba la tan poco estética celulitis. Pero la economía me hizo dejar ese hábito y por supuesto, los efectos desagradables no se hicieron esperar.

Nuestra mente responde igualmente en dependencia del alimento que le ofrecemos y mientras más nos consagramos a Dios, más el enemigo nos ataca valiéndose de multitud de artimañas.

Es necesario ser cautelosos al escuchar. Escudriñarlo todo y retener lo bueno es fundamental, pues lo que no es conforme a la voluntad de Dios debemos desecharlo. Dios nos mostrará la verdad si estamos en comunión plena con Él, pues estaremos convencidos de cuál palabra es suya y cuál no.

Debemos cuidarnos mucho cuando el enemigo usa frases amistosas y amables, esto puede tener el propósito de lograr que bajemos la guardia y nunca es con buenas intenciones.

Una de las artimañas del enemigo es la mentira, la adorna, la endulza, pero su propósito real es apartarnos de nuestro deber que es la voluntad de Dios. Esta es su razón de ser, cuando no cedemos, nos trata de intimidar atacando nuestra mente con ideas fatídicas y temores, mas, si tenemos una fe firme, no deben hallar cabida en nosotros.

Si alimentamos nuestro espíritu con la palabra de Dios, no vendrán ideas de inseguridad a nuestra mente, porque su presencia y la seguridad que Él nos transmite, lo llena todo. Mantenernos firmes y confiados en la grandeza y poderío de nuestro Padre, ayudará a que no creamos ni una sola de las mentiras de Satanás y de esta manera obtendremos la victoria.

La mentira y el rumor van de la mano. El “dicen que…”, sin personalizar no es válido, es cizaña y no ayuda. El objetivo del rumor es desprestigiar a las personas objeto del mismo y las debilita cuando no están firmes en la fe. En los tiempos del Antiguo Testamento el falso testimonio se castigaba con la muerte (Deuteronomio 19: 15-21). Siempre que participamos de un rumor nos hacemos testigos falsos.

Para crucificar a Cristo usaron porciones de sus frases y las interpretaron a su manera. Aún hoy muchos grupos llamados cristianos toman porciones de la Biblia y sobre ellas edifican una doctrina sin tener en cuenta que el fundamento no es una frase aislada, sino Cristo en su totalidad, pues “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”. Juan 1:3

Otras veces el enemigo nos tienta a pecar para que caigamos en descrédito y avergoncemos a nuestro creador. El Antiguo Testamento narra en los 2 primeros capítulos de 1 de Reyes que cuando alguien pecaba corría al templo y se asía de los cuernos del altar. Hoy hacemos lo mismo, sólo que no es a los cuernos del altar a lo que nos aferramos, sino al mismo Dios que ofendemos con nuestras actitudes.

Evitemos las “transgresiones alimentarias”, nutramos muestra mente y nuestro espíritu con el alimento no adulterado que es la palabra del Dios vivo.


("El valor de una buena alimentación" es parte de la serie: "Los valores del Reino de Dios en medio de un mundo en ruinas")








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