EL PODER DE LAS PALABRAS: HABLA LO
BUENO
Por Nancy Leigh DeMoss
“no ceso de dar gracias por
vosotros, haciendo mención de vosotros en mis oraciones” Efesios 1:16
A pesar de que sucedió hace más de dos décadas, parece que fue ayer. Fui
injustamente calumniada; mi reputación y orgullo fueron heridos. A pesar de que
en su momento me devastó, puedo ver atrás cómo ese incidente fue usado por Dios
para hacerme madurar en varias áreas. Una valiosa lección que aprendí fue el
daño que hacemos cuando divulgamos lo malo de otra persona.
En muchas ocasiones he dejado a otros siervos del Señor mal parados al
repetir innecesariamente información que no contribuía a nada. Como resultado
de eso, he tenido que escribir cartas y hacer llamadas telefónicas pidiendo
perdón. El tener que humillarme y lidiar con esos asuntos ha provocado que yo
sea más cuidadosa de lo que digo acerca de otros.
Si nos acercamos a Dios en humildad, Él nos trae convicción cuando
nuestras palabras no le complacen. Pregúntate: “¿Esto es un comentario bueno
acerca de esta persona? ¿He verificado los hechos? ¿Son mis palabras bondadosas
y necesarias?”
He aquí una buena prueba para nuestros pensamientos y palabras: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es
verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo
honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.”
(Filipenses 4:8)
- Alguien dijo que la adulación es decir cosas de otros que no diríamos
a sus espaldas y que la calumnia es decir cosas a espaldas de las personas que
no las diríamos frente a ellas. ¿Por qué odia Dios la adulación y la calumnia?
- Explica las palabras de Jesús en Mateo 7:5 “¡Hipócrita! Saca primero
la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de
tu hermano”
- Un testigo fidedigno reporta la verdad de los hechos. ¿Puedes recordar
alguna ocasión en que no fuiste un testigo fidedigno?
- ¿Han sido tus palabras esta semana verdaderas, dignas, justas, puras,
amables, honorables? ¿Estas inclinada a enfocarte en las cosas con alguna
virtud o que merecen elogio o te enfocas en las cosas negativas de las que te
puedes quejar?
ORACIÓN DE CIERRE DE SEMANA. Misericordioso Señor, revélame cuán
dañinas e hirientes son mis palabras. Muéstrame cómo hablar palabras que
dispensen gracia, bendiciones y esperanza.
Confieso que frecuentemente quiero justificar y trivializar las cosas
que digo cuando realmente ellas reflejan un problema del corazón. Dame un
corazón arrepentido. Llena mi corazón de un modo que sobreabunde el fruto del
Espíritu Santo. Cambia mi corazón- y que mis palabras te traigan honor y gloria
a ti. Amén