“Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” 1
Corintios 11:1
Cristo es
el ejemplo perfecto a imitar al dar testimonio a los demás. En primer lugar,
estaba dispuesto a dar testimonio. Aunque hubo ocasiones en las que dejó a las
multitudes, por lo regular Jesús estaba entre el pueblo, aun cuando estuviera
ocupado.
En segundo
lugar, era imparcial. Jesús estaba a menudo con personas comunes y corrientes,
leprosos, prostitutas y recaudadores de impuestos, los que pertenecían a las
clases social y moralmente más bajas. Pero también ayudó a un centurión romano,
hombre de importante condición social (Mt. 8:5-13), y al rico Jairo, cuya hija
necesitaba un milagro (Mr. 5:22-24, 35-43). Jesús reflejaba la mente de Dios, que no hace acepción de personas
(Hch. 10:34).
En tercer
lugar, era sensible al dolor de los demás. En Marcos 5, una mujer que había
estado con una hemorragia durante doce años extendió la mano y tocó la ropa de
Jesús. Preocupado por ella, Jesús preguntó: “¿Quién ha tocado mis vestidos?”
(v. 30).
Por último,
consiguió una confesión pública de quienes creían en Él, como en el caso del
ciego (Jn. 9:1-41) y del leproso samaritano (Lc. 17:11-19).
Siga el
ejemplo de Cristo cuando les dé testimonio a los demás.
JOHN MACARTHUR - (Devocional "LA VERDAD PARA HOY”)