martes, 11 de marzo de 2014

El mayor problema del matrimonio 11 marzo




"...Lo que Dios juntó..."  Mateo 19:6


El mayor problema del matrimonio es el egoísmo. Cuando has pasado la vida haciendo las cosas a tu gusto, cuesta mucho ceder ese derecho y remitírselo a otra persona. Algunos días lo harás bien, otros regular y otros mal. Escribe Paul Tripp: "Cuando vivimos para el reino del ego, nuestras decisiones, pensamientos, planes, acciones y palabras están dirigidas por el propio interés y buscamos rodearnos de personas que se acoplen a los propósitos de ese reino".

El problema de eso es, según Lynn Roush: "Un matrimonio de dos personas donde cada una sirve a su propio reino acabará en una batalla encarnizada. Pero cuando ambos se someten al Reino de Dios, donde gobierna Cristo y donde encontramos felicidad y vida, el matrimonio se convierte en una oportunidad de salir de ese reino mezquino del ego y empezar a disfrutar de la belleza y las ventajas del Reino de Dios. El mayor problema del matrimonio es uno mismo. Siempre estamos listos para defendernos y tendemos a echar la culpa al otro, mientras que nosotros nos creemos perfectos. No es de sorprender, entonces, que Dios use el matrimonio para revelar el pecado de fariseísmo, es decir, el creernos mejores que los demás. Un matrimonio puede ser transformado cuando uno de los dos se da cuenta de ese pecado y confiesa humildemente lo que ha hecho para dañar la relación".

Hasta que las dos partes no entreguen su reino y se unan como uno solo para vivir los principios del Reino de Dios, no encontrarán paz, armonía, amor y felicidad. A lo mejor piensas 'No sabía que el matrimonio fuera tan difícil'. Dios lo estableció así para poder dirigir nuestros corazones a Su Reino -y rescatarnos de los reinecillos que nos hemos creado-.

"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en la Tierra..." (Isaías 62:1-7)


BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA PARA HOY")





TRADUCCIÓN