¿DÓNDE ESTÁ EL AMOR?
Por Shirley Chambi
En una ocasión, mientras esperaba
a una persona al final de la reunión de la iglesia, escuché hablar a un grupo
de mujeres sobre cómo la maldad en el
mundo se había incrementado. Sin embargo, me causó mucho enojo escuchar “por
eso no dejamos entrar a todos a la iglesia, el otro día botamos a personas que
no estaban bien vestidas, parecían delincuentes, otros con ropa vieja, con remiendos por todos lados…”
Mis preguntas eran: ¿Quiénes somos nosotros para botar a alguien de la casa de
Dios? ¿Él siendo el dueño hubiera aceptado eso? ¿Acaso Dios no podía hablar a su corazón y cambiar sus vidas?
Recuerdo una canción de DC Reto que titula: “La Prostituta ”. Trata
sobre una mujer que fue a la iglesia, pero como supuestamente no estaba vestida
con ropa decente, prefirieron cerrarle la puerta. Hasta ahora resuena en mi
mente la parte que dice: “Dónde está el amor, dónde está el amor, el amor que
declaramos conocer, dónde está el amor, dónde está el amor, el amor que sólo se
encuentra en Él.”
Cuando Jesús los oyó, les dijo: «La
gente sana no necesita médico, los enfermos sí. No he venido a llamar a los que
se creen justos, sino a los que saben que son pecadores». Marcos 2:17 (NTV)
Muchos se creen justos, por lo que ocupan el lugar de jueces, y se
olvidan de la misericordia y el amor. Ese tipo de personas se encontraban en el
tiempo de Jesús también y Dios les aclara que no vino por ellos, sino por
aquellos que lo necesitan, como aquella prostituta, aquel delincuente, mendigo,
el ladrón, por el drogadicto, o el huérfano que ha sido abandonado…
Aún en la misma iglesia podemos recibir juicio en lugar de amor ¿Alguna
vez has caído y en lugar de que te ayuden a levantarte te han criticado? Lamentablemente muchos se han olvidado del
amor de Dios. Hoy mismo te animo a pensar en una persona de tu congregación
que se ha apartado o que ha cometido un pecado, ¿Qué estás haciendo para que
vuelva? ¿Cómo puede haber críticas, chisme, odio, en un lugar donde se profesa
amor?
Si no estás haciendo nada para mostrar el amor de Dios, adentro como
afuera de tu congregación, ponte de rodillas y pídele perdón al Señor porque su
amor se ha enfriado en ti, pídele que te restaure y te ayude amar a las
personas como Él los ama.
¡No seas como juez, sé cómo Jesús!
(Este artículo fue producido por
Radio Cristiana CVCLAVOZ)