LA VIDA DE ELÍAS – A.
W. PINK
Generación
tras generación, los siervos del Señor han buscado la edificación de los
creyentes en el estudio del relato del Antiguo Testamento. En estos casos, los
comentarios a la vida de Elías han ocupado siempre lugar prominente. Su
aparición repentina de la oscuridad más completa, sus intervenciones dramáticas
en la historia, nacional de Israel, sus milagros, su partida de la tierra en un
carro de fuego, sirven para cautivar el pensamiento tanto del predicador como
del escritor.
El Nuevo Testamento
apoya este interés. Si Jesucristo es el Profeta "como Moisés",
también Elías tiene su paralelo en el Nuevo Testamento: Juan, el más grande de
los profetas. Y, lo que es todavía más notable, Elías mismo reaparece de forma
visible cuando con Moisés, en el monte de "la magnífica gloria",
"habla de la contienda que ganó nuestra vida con el Hijo de Dios
encarnado". ¡Qué sublime honor fue éste! Moisés y Elías son los nombres
que no sólo brillan con pareja grandeza en los capítulos finales del Antiguo Testamento,
sino que aparecen también como representantes vivientes de la hueste redimida
del Señor —los resucitados y los traspuestos— en el "monte santo",
donde conversan de la salida que su Señor y Salvador había de cumplir en el
tiempo designado por el Padre. (Introducción)