"Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de
todo vuestro corazón" Jeremías 29:13
Fijémonos bien dónde
los magos de Oriente NO encontraron a Cristo: en el mundo de los negocios.
Todos los hoteles de Belén estaban llenos, con un cartel que decía
"Completo". No han cambiado mucho las cosas desde entonces, ¿verdad?
El treinta por ciento de todas las ventas de los grandes almacenes se hacen en
el periodo navideño. Cincuenta por ciento de las fiestas se celebran durante la
Navidad y el Año Nuevo. Se vende uno de cada diez litros de alcohol en esas
fechas también. Está claro que Jesús es bueno para los negocios. El problema es que preferimos el mito al
Maestro; queremos un Papá Noel pero no un Salvador; deseamos un cuento de
hadas pero no el hecho histórico: que Jesucristo vino al mundo a salvar a los
pecadores (1 Timoteo 1:15).
Se cuenta de un niño
que fue elegido para representar al mesonero en la obra de teatro sobre la
primera navidad. Su papel consistía en decirles a José y María que no había
sitio en el mesón. Pero el día de la representación, se paró en el escenario,
miró a la audiencia, primero aterrorizado, pero luego sonriendo anunció: 'Mi
papel no dice eso, ¡pero venga, pasad adentro!' Hay un himno que expresa:
"Espacio para el placer hay, y espacio para los negocios, pero para el
Cristo crucificado no hay lugar para entrar, en los corazones de aquellos por
quienes murió". En vez de acabar esta Navidad agotado, decepcionado y
endeudado, invita a Jesús a tu vida. Quizás te queden pesares de algunas de las
decisiones que has tomado este año, pero aceptar a Jesús como tu Señor y
Salvador esta Navidad será la mejor decisión de toda tu vida.
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén
no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en
la Tierra..." (Isaías 62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")