“El que hace caso del
día, lo hace para el Señor.” Rom. 14:6
Los puritanos de los primeros años en América del Norte
rechazaron por completo las celebraciones de la Navidad. Deliberadamente
trabajaban el 25 de diciembre para demostrar su menosprecio. En 1644 se aprobó
una ley en Inglaterra que reflejaba una influencia puritana parecida. La ley
establecía oficialmente el día de Navidad como día de trabajo. Durante algún
tiempo en Inglaterra era literalmente ilícito cocinar pudín de pasas o pastel
de fruta para esa festividad.
Por lo general hoy los
cristianos no se oponen a la celebración de la Navidad. La festividad misma no significa nada, y el observarla
no es cuestión de bueno o malo. Como escribiera Pablo: “Uno hace diferencia
entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente
convencido en su propia mente. El que hace caso del día, lo hace para el Señor;
y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el
Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come,
y da gracias a Dios” (Romanos 14:5-6).
Cada día, incluso el de Navidad, es una celebración para
nosotros que lo conocemos y lo amamos.
JOHN MACARTHUR
- (Devocional "LA
VERDAD PARA HOY)