"...Ciertamente los alcanzarás... Y librarás a los cautivos" 1 Samuel 30:8
Cierto día los
amalecitas irrumpieron en la ciudad natal del Rey David, la arrasaron con fuego
y llevaron a las familias cautivas. Ante esta escena devastadora, David y sus
hombres "...lloraron a voz en cuello, hasta que les faltaron las fuerzas
para llorar" (1 Samuel 30:4). Dios dejará que llores por lo que has
perdido, porque eso te alivia, pero no te dejará quedarte en ese estado mucho
tiempo. Dios dijo a David: "...Síguelos, porque ciertamente los
alcanzarás, y de cierto librarás a los cautivos" (1 Samuel 30:8). David y
sus hombres recuperaron todo lo que habían perdido, y mucho más, porque Dios no
es sólo un Dios de restauración sino también de abundancia.
Si te sientes
avergonzado por los años que has malgastado, el Dios que creó el tiempo podrá
darte mucho más. "Yo os restituiré los años que comió... la langosta... Comeréis hasta saciaros, y
alabaréis el nombre del Señor, vuestro Dios, el cual hizo maravillas con
vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado" (Joel 2:25-26).
Notemos la expresión "hasta saciaros". Cuando Dios te bendice, no va
a ser con cuentagotas ni racionado. Entonces podrás cantar el himno: "Su
amor no termina, Su gracia es sin fin, Su eterna potencia sin límite es, Pues
de su riqueza infinita en Cristo, Él dio, Él da, y dará otra vez". Desde
que Adán y Eva "la embarraron" en el Edén, el deseo de Dios ha sido
devolvernos todo lo que hemos perdido. Por lo tanto, ven a Él hoy y deja que
comience el proceso de restauración.
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén
no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en
la Tierra..." (Isaías 62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")