"...Tu rostro buscaré, Señor" Salmo 27:8
Al final de una obra
de teatro, el actor principal cautivó a la audiencia recitando el Salmo 23 (El
Señor es mi Pastor). Lo hizo como bis y recibió una gran ovación. Entre el
público se encontraba su antiguo vicario, y el actor le pidió que subiera al
escenario a decir unas palabras. Para sorpresa de los asistentes, también
recitó el Salmo 23. Cuando finalizó, se hizo un gran silencio y la gente estaba
conmovida. En ese momento el actor se puso al lado del vicario y dijo: 'Señoras
y señores, la diferencia entre nosotros dos es que yo conozco el Salmo 23,
¡pero él conoce al Pastor!'.
El Dr. Alexander
Maclaren, gran predicador escocés, atribuía todo lo que sabía a un hábito:
pasar todos los días una hora a solas con Dios. A veces dejaba que alguien entrara
en su estudio, pero no podía hablar. Maclaren se sentaba en un sillón
desgastado, con la Biblia encima de sus rodillas. A veces leía algo, pero la
mayor parte del tiempo se quedaba ahí sentado con una mano tapando su rostro.
Durante esa hora, no leía la Biblia como estudiante, ni como para preparar
sermones. Uno de sus ayudantes escribió: "La leía como un niño leería la
carta de su papá ausente, o como se leerían las palabras de un ser querido que
nos escribe desde lejos". ¿Conoces bien a Dios? ¿Deseas conocerlo mejor?
La respuesta no es lo que digas sino lo que hagas al respecto; porque siempre
te esforzarás por conseguir aquello que te apasiona. El salmista dijo:
"Cuando dijiste: Buscad mi rostro, mi corazón te respondió: Tu rostro,
Señor, buscaré" (Salmo 27:8 LBLA).
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén
no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en
la Tierra..." (Isaías 62:1-7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional "LA PALABRA
PARA HOY")