“Y éstos eran más nobles
que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda
solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran
así.” Hechos 17:11
Es alarmante ver que nuestra cultura tiene más interés en
la emoción y el pragmatismo que en pensar. Eso es evidente cuando las personas
se preguntan muchas veces “¿Cómo me hará sentir eso?”, en vez de preguntarse
“¿Es esa la verdad?” Ese enfoque equivocado también es evidente en la teología
actual, en la que predominan las preguntas “¿Dividirá?” y “¿Ofenderá?” en lugar
de “¿Es correcto?” No hay muchas personas como las de Berea, a quienes la
Biblia describe como “más nobles” porque estaban interesadas en buscar la
verdad, no en las emociones ni en las circunstancias agradables.
Muchísimas personas van
actualmente a la iglesia no a pensar ni a razonar acerca de la verdad, sino a
experimentar ciertas emociones. Pero vivir
de emociones en vez de pensar debidamente producirá inestabilidad. En su libro
Your Mind Matters [Su mente tiene importancia], John Stott explica este punto:
“El pecado tiene más efectos peligrosos en nuestra facultad de sentir que en
nuestra facultad de pensar, ya que nuestras opiniones pueden comprobarse y
regularse más fácilmente que nuestras experiencias con la verdad revelada”.
JOHN MACARTHUR
- (Devocional "LA
VERDAD PARA HOY")