“¿Con qué limpiará el
joven su camino? Con guardar tu palabra.” Salmo 119:9
La conducta santa que produce estabilidad espiritual
depende de la obediencia a la norma divina de la Palabra de Dios. La Palabra es
la que cultiva las actitudes, los pensamientos y la conducta que evitará que
usted sea aplastado por las pruebas y las tentaciones.
A fin de comprender la relación entre las actitudes, los
pensamientos y la conducta, considere esta analogía. Si un policía ve a alguien
que está a punto de violar la ley, lo detendrá. De igual manera, las actitudes y los pensamientos santos
producidos por la Palabra actúan como policías para detener la carne antes
que cometa un delito contra la norma de la Palabra de Dios. Pero si no están de
guardia, no pueden detener la carne, y la carne está en libertad para violar la
ley de Dios.
La analogía enseña que las actitudes y los pensamientos
rectos deben preceder a los hábitos rectos. Pablo comprendía que solamente las
armas espirituales ayudarán en nuestra lucha contra la carne (2 Co. 10:4). Al
usar las armas apropiadas, usted puede llevar “cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (v. 5).
JOHN MACARTHUR
- (Devocional "LA
VERDAD PARA HOY")