“Todos los santos os saludan,
y especialmente los de la casa de César.” Filipenses 4:22
No todo sufrimiento es físico. A veces pasamos por
sufrimientos emocionales y mentales. Pablo estaba preso en Roma cuando escribió
a los filipenses. Se había reducido mucho su ministerio; no obstante, les dijo
a los filipenses que su encarcelamiento en realidad había contribuido al
adelanto del evangelio. Estando
encadenado a soldados romanos, tuvo la oportunidad de ganarlos para el Señor
(v. 13).
Estaba ocurriendo una especie de avivamiento en el
palacio del César, que evidentemente llevó a la salvación de algunos, como lo
indica el versículo de hoy. Los soldados no sabían a quién tenían en sus manos:
creían que tenían un preso, pero en realidad tenían a un evangelista para
quienes ellos eran un público que no tenía más remedio que escuchar ¡Qué
ejemplo de regocijo en medio de una situación frustrante y desalentadora!
JOHN MACARTHUR
- (Devocional "LA
VERDAD PARA HOY")


