"...HE PUESTO DELANTE LA VIDA Y LA MUERTE... ESCOGE,
PUES, LA VIDA..." (Deuteronomio 30:19)
La capacidad de
decidir es el don más poderoso que Dios te ha dado. Demasiadas personas aceptan
su vida sin más, sin llegar a tomar las riendas de ella; por ello, no son
capaces de salir de donde están. El superviviente del holocausto Elie Wiesel
escribió en su libro Souls On Fire (Almas en fuego) que cuando te mueras y te
encuentres con tu Creador, Él no te va a preguntar por qué no llegaste a ser un
Mesías o no descubriste una cura para el cáncer. Lo único que te preguntará es:
'¿Por qué no llegaste a ser tú mismo?' Para cumplir el propósito de Dios,
tienes que hacerte cargo de ti mismo y de tu vida. Eso se hace diciendo
"sí" a Dios, primero, y luego a ti mismo. Cada vez que dices
"sí", estás aceptando y poniendo en práctica el potencial que Dios te
dio y descubres las máximas posibilidades. Si estás acostumbrado a decir que
no, tal vez lo anterior te cueste; en ese caso, di al menos "tal
vez".
Cierto día un padre
cuyo hijo tenía una enfermedad crónica le pidió a Jesús que lo sanara. Jesús le
respondió: "Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
Inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi
incredulidad" (Marcos 9:23-24). Si eres de los que siempre dudan de sus
capacidades, haz la misma oración, porque Dios la va a responder. No olvides
nunca que eres único y que posees talentos, experiencias y oportunidades que
nadie nunca ha tenido, ni nunca tendrá. Eres responsable de llegar a ser lo que
Dios quiso que fueras, no sólo para tu provecho sino para el de los demás.
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén
no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en
la Tierra..." (Isaías 62:1,7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional Diario "LA PALABRA
PARA HOY"


