“El propósito de este
mandamiento es el amor nacido de corazón limpio.” 1 Timoteo 1:5
El guardar un mandamiento debe surgir de un corazón
amoroso. Es posible obedecer la ley por temor y tener miedo del castigo de
Dios. Pero cuando se hace eso, en realidad no se obedece la ley de manera
absoluta porque el temor no es el motivo bíblico de la obediencia. El temor
puede hacer que usted se abstenga de hacer algo malo y su efecto puede ser
bueno, pero su resultado es incompleto.
Algunos guardan la ley por interés egoísta. Creen que si
llevan una vida moral, Dios los recompensará. Pero ese no es un motivo puro
para la obediencia; es egoísta. Aunque pudiera abstenerse de hacer lo malo y
hacer exteriormente cosas buenas, no tendrá usted una obediencia que resulta de
una actitud de amor. El verdadero propósito de la ley es cultivar el amor de
corazón. Así es que se cumple la ley.
JOHN MACARTHUR
- (Devocional "LA
VERDAD PARA HOY")


