“Todo lo que es de buen
nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” Filipenses 4:8
Casi por definición, ciertas cosas en el reino espiritual
son buenas. En primer lugar, Dios
mismo es bueno. “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y
longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” (Ro.
2:4).
En segundo lugar, la Palabra de Dios es buena y obra para nuestro bien.
Pablo les dijo a los ancianos de Éfeso: “Os encomiendo a Dios, y a la palabra
de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos
los santificados” (Hch. 20:32).
En tercer lugar, los santos ángeles de Dios son buenos y están para
apoyar a los creyentes. El escritor de Hebreos confirma esto con la interrogación
retórica: “¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a
favor de los que serán herederos de la salvación?” (He. 1:14).
Esas son verdades no solo dignas de meditar en ellas
sino, en vista de sus realidades, de vivirlas.
JOHN MACARTHUR
- (Devocional Diario "LA
VERDAD PARA HOY")


