"...LA FE ES POR EL OÍR, Y EL OÍR, POR LA PALABRA DE
DIOS" Romanos 10:17
Si quieres saber lo
firme que es tu fe, presta atención a lo que sale de tu boca. "A ellos de
nada les sirvió haber oído la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la
oyeron" (Hebreos 4:2). No basta con leer la Palabra de Dios, tienes que
internalizarla y expresarla. Decimos muchas cosas, pero si no se manifiestan en
nuestro modo de vivir, realmente no las creemos. Si Dios no fuera quien dice
ser, te darías un batacazo; si crees en Él, vive en consecuencia.
Entonces:
1) Busca oportunidades para confiar más en
Él.
2) Confía en que te va a ayudar, sea cual
sea la situación.
3) Refuerza tu fe para enfrentar las
dificultades venideras. Y así es como se hace: "...La fe es por el oír, y
el oír, por la palabra de Dios" (Romanos 10:17).
Si alguien te pusiera
un termómetro debajo de la lengua para tomarte la temperatura espiritual, lo
que la haría subir o bajar sería el tiempo pasado en la Palabra de Dios. Si
sientes que tu fe está por los suelos, empieza a pasar más tiempo leyendo la
Biblia. Si te gustaría tener la fe de alguien a quien admiras, igualarte a
ellos no es un misterio; simplemente dedícale más tiempo a las Escrituras.
Establece una nueva escala de prioridades, toma las riendas de tu tiempo y pon
la lectura de la Biblia lo primero en tu lista de actividades diarias. Si de
verdad quieres crecer en fe, ése es un precio que debes estar dispuesto a
pagar.
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén
no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en
la Tierra..." (Isaías 62:1,7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional Diario "LA PALABRA
PARA HOY")


