CÓMO PERDER AMIGOS RÁPIDAMENTE
Por David Wilkerson
Una de las mejores
formas de perder amigos y ser rechazados, es caminar conforme a la voluntad de
Dios. Tener seriedad en los asuntos espirituales, abandonar todos tus ídolos,
volverte al Señor con todo tu corazón, quitar tus ojos de las cosas del
mundo... Y ¡Repentinamente te has convertido en un fanático religioso y te
hallas ante el peor rechazo por el resto de tu vida!
Cuando eras tibio,
teniendo una forma de santidad sin poder, cuando no eras demasiado pecador o
demasiado santo... tú no tenías problemas con nadie, ni aun con el diablo. Las
cosas estaban tranquilas, eras aceptado. Tú eras justamente otro de los muchos
creyentes indiferentes.
Pero has cambiado.
Tuviste hambre de Dios. Te convertiste de tus pecados y no pudiste participar
ya más de los juegos de la iglesia. Te arrepentiste y te volviste al Señor de
todo corazón. Se vinieron abajo los ídolos. Empezaste a escudriñar la Palabra de
Dios. Te detuviste de ir tras las cosas materiales y llegaste a obsesionarte
con Jesús. Viniste a un nuevo reino de discernimiento y comenzaste a ver cosas
en la iglesia, las cuales antes no te interesaban. Escuchas cosas desde el
púlpito que quebrantan tu corazón. Ves a otros congregantes comprometidos con
el mundo, exactamente como tú estabas una vez. Eso te lastima. Has sido
despertado, cambiado, quebrantado y contrito en espíritu. Y tienes ahora una
carga por la iglesia dada por Dios. ¡Pero en lugar de que
tus amigos se regocijen o entiendan, piensan que te estás volviendo loco!,
llamándote fanático.
Cuando el Espíritu
Santo me despertó hace años, cuando empecé a ver su llamado a la santidad; y me
convencí realmente de caminar en la verdad y la palabra llegó a ser viva; y
cuando empecé a ver cosas que nunca había visto antes, quise compartirlo con
todos. Deseé y llamé a los predicadores por teléfono y compartí lo que Dios
estaba diciendo. Con muchos que vinieron a mi oficina, lloré y saqué mi Biblia y
les señalé las verdades gloriosas de una total rendición y pureza de corazón.
Pensé que ellos lo verían también. Pensé que amarían la Palabra y caerían
conmigo a orar para obtener un nuevo toque de Dios. En lugar de eso, la mayoría
solamente me miraron diciendo cosas como: ¿Estas seguro que no te estas
sobrepasando un poco? o, “Es un poco pesado para mí”. Entre más busqué a Dios,
menos me entendieron. Fue como agua helada que arrojaron en mi cara. Ellos no
querían escuchar.
Si esto te ha estado
sucediendo desde que Dios te despertó, tú no estás solo. Quiero mostrarte y
advertirte de acuerdo a la Palabra de Dios, que es lo que te espera si te has
decidido a caminar de acuerdo a la voluntad de Dios. Debes esperar tres
reacciones: 1. Serás rechazado 2. Serás echado 3. Serás apedreado.
1- SERÁS RECHAZADO. Jesús advirtió: “Si
fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo,
antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece” (Juan 15:19).
Muéstrame un creyente que haya llegado a amar tanto la Palabra, como hacedor de
la verdad, y te mostraré uno que será rechazado y perseguido por la totalidad
de la iglesia tibia. Abandona este mundo y ellos te abandonarán. Jesús tuvo
muchos seguidores, hasta que la palabra que Él predicó fue percibida:
–demasiado dura, demasiado exigente–. La multitud que amaba sus milagros
escuchó sus declaraciones y lo abandonaron, diciendo: ¡Demasiado dura! ¿Quién
puede recibirla? Jesús se volvió hacia los doce y preguntó: “¿Queréis acaso
iros también vosotros?” o, ¿Es mi palabra demasiado dura para ustedes también?
Pedro respondió: “¿A Quién iremos? Sólo Tú tienes palabras de vida eterna”.
(Juan 6:67-68) No, Pedro y los otros once no se irían porque la mayoría de la
gente decía que era demasiado dura, demasiado exigente, la amaban porque estaba
produciendo en ellos valores eternos. Ellos permanecerían en la verdad, sin
importar el precio.
Esta es la situación
que cada cristiano debe afrontar en estos últimos tiempos: ¿Te vas a apartar de
la Palabra que te convierte; verdad que señala tu pecado; verdad que remueve,
corrige y arruina tus ídolos? ¿Verdad que te llama a quitar tus ojos de las
cosas de este mundo, de ti mismo y del materialismo? ¿O te vas a apartar de
escuchar un cosquilleo suave, sosegado de la verdad adulterada? ¿Vas a permitir
que el Espíritu Santo te pruebe? ¿Te exponga?
La verdad te hace
libre: Libre de predicaciones muertas; libre de pastores muertos; libre de
tradiciones muertas; libre de doctrinas de demonios; libre de compañerismos que
te desvían de la verdad porque es: “Demasiado comprometedora”, como la llaman
ellos. Los hacedores de la verdad desean venir a la Luz, dejar que cada hecho
secreto sea revelado, Jesús dijo: “Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece
la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas. Mas el que
practica la verdad viene a la Luz, para que sea manifiesto que sus obras son
hechas en Dios”. (Juan 3:20-21).
Aquello que es verdad
genuina, revela cada cosa oculta. Cuando Jesús empezó a sacar a la luz los
pecados ocultos, los judíos religiosos buscaron matarlo. Jesús dijo: “Sé que
sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi Palabra no
haya cabida en vosotros. Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he
hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham. El que es de
Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de
Dios” (Juan 8:37,40 y 47).
Hay multitud de
creyentes hoy en día que no aman la verdad. Dios dice que esto es a causa de su
pecado secreto –“Se complacen en su iniquidad”-. Estos comprometidos amantes
del placer están en un horrible engaño. Igual que los judíos de los tiempos de
Jesús, están convencidos de que ellos ven. Creen que son hijos de Dios, y
rechazan ferozmente cada palabra que revela sus más profundos secretos y
codicias. Lo que tienen en sus corazones es algo diferente a la verdad. No
están abrazando la verdad como una perla de gran precio. En vez de ello,
acarician algún placer oculto, algún ídolo, algún pecado favorito.
Anótalo. Aquellos que
te rechazan y abandonan por causa de la verdad, lo hacen porque te ven como una
amenaza hacia lo que ellos estiman. Tu vida apartada es una reprensión a su
forma de actuar y tibieza.
2- TE ECHARÁN. Jesús advirtió: “Os
expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate,
pensará que rinde servicio a Dios” (Juan 16:2). Jesús dijo: estas cosas les
digo, para que no se entristezcan... no se sorprendan cuando las iglesias
tibias los arrojen: “Porque no conocen al Padre ni a mí” (Juan 16:3)
Jesús sanó a un
hombre que había nacido ciego. Fue traído a la iglesia para ser interrogado por
los fariseos religiosos. Sus ojos se habían abierto: ¡Podía ver! Y dijo: “Una
cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo” (Juan 9:25). ¿Se regocijaron
ellos porque este hombre había recobrado la vista? ¡No! “Respondieron y le
dijeron: Tú naciste del todo en pecado, ¿Y nos enseñas a nosotros? Y le
expulsaron” (Juan 9:34)
Ese hombre ciego
representa el remanente santo –aquellos cuyos ojos han sido abiertos a la
santidad de Dios–. Sigan adelante; testifiquen como él lo hizo ¡Antes estaba
ciego y ahora veo! Ellos te echarán diciendo ¿Quién te ha hecho nuestro
maestro? ¡Si tu pretendes caminar de acuerdo a la voluntad de Cristo, debes
estar preparado para soportar su vituperio! “Porque por amor de ti he sufrido
afrenta; confusión ha cubierto mi rostro. Extraño he sido para mis hermanos, y
desconocido para los hijos de mi madre (mis hermanos y hermanas). Porque me
consumió el celo de tu casa; y los denuestos de los que te vituperaban cayeron
sobre mí” (Salmo 69:7-9). Esto habla primeramente de los sufrimientos de Cristo
¡Pero tal como Él estaba en este mundo, así estamos nosotros! Si ellos lo
persiguieron y lo vituperaron, harán lo mismo con aquellos que mueren a sí mismos.
¿Quién vituperó a Cristo? ¿Quién amontonó deshonra sobre su cabeza y arrojó su
nombre como una inmundicia? ¡La multitud de la iglesia centrada en el hombre!
¡Echar a los
creyentes santos, es el más grande favor que la iglesia centrada en el hombre,
pudiera otorgarles! Escucho a cristianos decir: "Mi iglesia esta muerta
¡No me gusta lo que está pasando, pero Dios me puso aquí! Permaneceré y trataré
de cambiar las cosas". Esto puede ser
peligroso. También, puede ser la tradición la que te esté deteniendo. Puede ser
que no estés listo para caminar de acuerdo a la voluntad de Dios como pensabas.
Tus viejos amigos te detienen.
3- ¡SERÁS APEDREADO! ¡Serás apedreado por
la mayoría! “Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús,
recibe mi espíritu” (Hechos 7:59). ¡Había un hombre contra la multitud!
Aquí tenemos un
hombre “¡Con sus ojos fijos en Jesús!”, Siendo aborrecido por sus opositores.
Escuchen el odio de estos hombres con vestidura de fanático religiosos: “Y
crujían los dientes contra él. Se taparon los oídos, y arremetieron a una
contra él” (Hechos 7:54,57). ¿Qué fue lo que este hombre justo hizo para
enfurecer a las multitudes religiosas? Predicó la verdad que les partió el
corazón: “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros
resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.
Vosotros que recibisteis la ley... y no la guardasteis” (Hechos 7:51,53). ¡Él
tuvo que predicar la verdad! Ellos tenían su corazón aún ligado al mundo –atado
por su codicia–. Sabían lo que era la ley de Dios, pero rehusaron obedecerla.
Ellos crucificaron a Cristo.
La espada de dos
filos de la verdad había partido lo más profundo de sus corazones. Pero fue su
testimonio, cuando vio el cielo abierto, lo que atrajo la ira sobre él. “Pero
Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria
de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los
cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. Entonces
ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra
él. Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon” (Hechos 7:55-58).
Jesús enseñó una
parábola del labrador que poseía una viña y envió por los frutos al tiempo de
la cosecha. Envió a sus sirvientes. “Mas los labradores, tomando a los siervos,
a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon” (Mateo 21:35). ¡Así es
hoy! Dios ha enviado sus santos atalayas a recoger el fruto de su viña. Pero en
lugar de eso, hay palizas verbales, muertes con odio, apedreados con palabras
hirientes. Tenemos hoy en día una “compañía de Esteban” quienes pueden decir:
¡He visto el cielo abierto! Esto es una clara visión de Jesús –esa cortante
palabra de verdad, ¡que provoca la ira de aquellos incircuncisos de corazón!-
Los israelitas
trataron de aprender a Josué y a Caleb por su llamado a caminar de acuerdo a la
voluntad de Dios. Diez espías desalentaron al pueblo de Dios diciendo: No
podemos ir. ¡Hay demasiados gigantes! ¡Demasiadas murallas altas! “Y Caleb
dijo... subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros
que ellos” (Números 13:30). Pero ellos dijeron: “Designemos un capitán, y
volvamos a Egipto” (Números 14:4) “Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que
eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, y hablaron
a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde
pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si Jehová se agradare
de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye
leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová, ni temáis al pueblo
de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha
apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis. Entonces toda la
multitud habló de apedrearlos. Pero la gloria de Jehová se mostró en el
tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel” (Números14: 6-10)
Mi interés en esta
historia no es por Josué y Caleb, sino por Dios, que estaba con ellos. ¡Mi
interés es por este pueblo de Dios que estaba crujiendo los dientes y
recogiendo piedras! ¿Por qué un llamado a la obediencia provocó en ellos tal
reacción? ¡Vean el llamado! Estoy convencido de que una vez que el corazón es
capturado por un ídolo o codicia, la incredulidad se posesiona. La indiferencia
y la incredulidad van de la mano. Por tal razón, toda predicación en contra de
ser indiferentes al pecado los hace rechinar y terminan peleando contra Dios,
mientras que ciegamente están confesando su nombre.
LA RECOMPENSA DE CAMINAR DE ACUERDO A LA VOLUNTAD DE DIOS
¿Cuál es la
recompensa? ¡Tener a Cristo junto a ti! Hay muchas otras recompensas por
caminar de acuerdo a la voluntad de Dios, pero menciono sólo una, porque es
todo lo que necesitamos. Pablo estaba encarcelado en una fortaleza en
Jerusalén, mientras todo el sistema religioso buscaba matarlo. La iglesia
estaba consternada. Él fue acusado de “Profanar el lugar santo, de predicar una
falsa doctrina”. Aun los soldados “temieron que Pablo fuera despedazado”; así
es que lo arrebataron de en medio de ellos y lo apresaron en un castillo. “A la
noche siguiente se le presentó el Señor y le dijo: Ten ánimo, Pablo, pues como
has testificado de mí en Jerusalén, así es necesario que testifiques también en
Roma” (Hechos 23:11”)
El mismo Señor le
habló a Pablo -¡no un ángel!- Y qué palabra: ¡ANÍMATE! ¡HAY MAS POR VENIR!
¡Pero podrás enfrentar cualquier circunstancia o a cualquier persona si sabes
que: EL SEÑOR ESTA CONTIGO!
Extraído del libro "Tenemos hambre de Cristo"
de David Wilkerson


