“Por sus frutos los
conoceréis.” Mateo 7:16
La característica más peligrosa de los falsos profetas es
que afirman que son de Dios y que hablan en su nombre. “Los profetas
profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo
así lo quiso” (Jer. 5:31).
Tales líderes casi siempre parecen agradables y
positivos. Les gusta estar con los cristianos, y saben cómo hablar y actuar
como creyentes.
Por lo general los falsos profetas reflejan sinceridad y
así engañan con más facilidad a los demás (vea 2 Ti. 3:13). Pero usted puede identificar
el verdadero carácter de los falsos maestros al observar de lo que no hablan
mucho. Por lo general no niegan doctrinas fundamentales como la deidad de
Cristo y el sacrificio expiatorio, el carácter pecaminoso de la naturaleza
humana, o el que los incrédulos vayan al infierno. Sencillamente pasan por alto
tales verdades “polémicas”.
Pero siempre que un falso profeta esté en medio de
ustedes, no se puede pasar por alto su presencia ni los efectos perjudiciales
de su enseñanza herética.
JOHN MACARTHUR
- (Devocional Diario "LA
VERDAD PARA HOY")