"ÉL LLENARÁ AÚN TU BOCA DE RISAS..." (Job 8:21)
Una de las mejores
formas de reducir el estrés es conservar el sentido del humor. No te asustes,
no te alteres y no utilices la fuerza innecesariamente, porque si lo haces, la
gente te evitará. Las personas alegres consiguen mucho más que sus compañeros
tan serios. De hecho, si eres feliz, ¡puede que incluso sonrías de camino al
Banco para pagar las facturas! ¿Le comprarías un coche a un vendedor estresado
y verbalmente ofensivo, o a alguien con cuya compañía estás gusto? ¿Preferías
trabajar con alguien agradable o con un gruñón que se lamenta de todo y en cada
momento? "El corazón alegre es una buena medicina..." (Prov 17:22). Ten en cuenta dos cosas relacionadas con el humor:
1. Asegúrate de no emplear tu humor a costa de los demás. Evita las bromas
sobre cosas a las que otros puedan ser sensibles. El peso, el peinado o el
engaño a la pareja pueden hacer reír a algunas personas, pero para otras estas
bromas no son tan graciosas. A nadie le gusta ser el blanco de los chistes. Ten
cuidado cuando le "tomes el pelo" de alguien; asegúrate de que su
manera de ser encaje en tu humor. Siempre es más sabio que la burla recaiga
sobre ti, porque sabes que no puedes ofenderte a ti mismo.
2. Intenta ser oportuno. "Todo tiene su
tiempo, ...tiempo de llorar y tiempo de reír..." (Eclesiastés 3:1,4). Si
la gente no cree que te importa realmente, tu sentido del humor sólo producirá
en ella una reacción superficial y forzada. Al final, cada relación, cada paso
que des y cada conversación que tengas pueden ser utilizados por Dios para
fomentar sus propósitos. Tanto en el trabajo como en el deporte o estando en
casa, ¡ten en cuenta estas cosas!
"Por amor de Sión no callaré y por amor de Jerusalén
no descansaré... hasta que restablezca a Jerusalén y la ponga por alabanza en
la Tierra..." (Isaías 62:1,7)
BOB Y DEBBIE GASS - (Devocional Diario "LA PALABRA
PARA HOY")