“Amad, pues, a vuestros enemigos, y
haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón
grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos
y malos. Sed,
pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es miseri-cordioso. No
juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad,
y seréis perdonados.” Lucas 6:35-37
El libro de
Génesis cuenta la historia de Sodoma y Gomorra (ver Génesis 18 y 19). Vemos un
asombroso ejemplo de la gran misericordia de Dios al advertir al sobrino de
Abraham, Lot, acerca de la inminente destrucción de la ciudad y proveer un
camino de escape para él y su familia. Lot advirtió a sus yernos, pero ellos
pensaron que él estaba bromeando, y su esposa se llenó de indecisión y miró
hacia atrás durante su escape. Pero Lot y sus hijas finalmente se salvaron.
“Y deteniéndose
él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y de las manos de
sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo
pusieron fuera de la ciudad” (Génesis 19:16).
La Biblia llama
a Lot un hombre justo (ver 2ª Pedro 2:8-9) y él representa un tipo de creyente
del remanente en estos últimos días. A medida que los pecados de nuestra
sociedad se amontonan hasta el cielo: la sensualidad, la inmoralidad y la
maldad cada vez más atrevida, América está lista para la destrucción. Si la
iglesia de Dios hoy es justa, es sólo por la sangre de Jesucristo; y no por
ninguna bondad o moralidad que él haya visto en nosotros. Su gran misericordia
vino a nosotros y nos sacó del juicio.
Piénsalo.
Cuando fuiste salvo, el Espíritu de Dios te tomó de la mano y te sacó de tus
pecados al igual que sacó a Lot y a su familia de Sodoma y Gomorra. Él te puso
fuera del alcance de la maldad y la rebelión y te sacó del juicio. ¡Todo por su
gran misericordia!
DAVID WILKERSON - (DEVOCIONAL DIARIO “ORACIONES”)