“Felipe,
abriendo su boca, […] le anunció el evangelio de Jesús.” Hechos 8:35
(Leer: Hechos 8:26-37)
Hace poco, mi nieto de cinco años preguntó: «¿Por qué
Jesús murió en la cruz?». Entonces, tuvimos una pequeña charla y le expliqué
sobre el pecado y la disposición de Jesús de morir por nosotros. Después, se
fue a jugar.
Al rato, oí que le explicaba a su prima, también de cinco
años, por qué había muerto Jesús. Ella le dijo: «Pero Jesús no está muerto». Mi
nieto respondió: «Sí, está muerto. Mi abuelo me dijo que murió en la cruz».
Me di cuenta de que yo no había completado la historia;
entonces, tuvimos otra charla y le aclaré que Jesús había resucitado de los
muertos. Volvimos a repasar la historia,
hasta que entendió que, aunque murió por nosotros, Jesús hoy está vivo.
¡Qué gran recordatorio de que la gente necesita oír todo
el evangelio! Cuando un etíope le preguntó a Felipe sobre un pasaje de las
Escrituras que no entendía, este «abriendo su boca, y comenzando desde esta
escritura, le anunció el evangelio de Jesús» (Hechos 8:35).
Cuéntales a otros la buena noticia completa de
Jesucristo: que todos somos pecadores y necesitamos ser salvos; que el perfecto
Hijo de Dios murió para salvarnos; y que resucitó de la tumba, demostrando su
poder sobre la muerte. Jesús, nuestro Salvador, está vivo y desea vivir ahora a
través de nosotros.
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que
cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. (Juan 11:25)
(La Biblia en
un año: Job 8-10 – Hechos 8:26-40)
DAVE BRANON - (Devocional “NUESTRO PAN DIARIO")