“¡Tened ánimo;
yo soy, no temáis!” Mateo 14:27
(Leer: Mateo
14:22-33)
Cuando estaba aprendiendo a navegar, tenía que caminar
por una plataforma flotante bastante inestable para llegar hasta los botes en
los que nos enseñaban. Detestaba hacerlo. Mi equilibrio no es muy bueno, y
tenía terror de caer al agua mientras intentaba subir al bote. Estuve a punto
de abandonar, pero el instructor me dijo: «Mírame fijo. Yo estoy acá. Si
resbalas, yo te sostendré». Hice lo que me dijo y, ahora, ¡soy la orgullosa
poseedora de un certificado de navegación básica!
¿Evitas a toda costa los riesgos? Muchos rehusamos dejar
nuestras costumbres por temor a fracasar, lastimarnos o hacer el ridículo.
Pero, si permitimos que el miedo nos enceguezca, terminaremos paralizados.
La historia de la caminata de Pedro sobre el agua y la
razón de su aparente fracaso es una de las preferidas de los predicadores
(Mateo 14:22-33), pero me parece que nunca escuché a ninguno que hablara de la
actitud del resto de los discípulos. Para
mí, Pedro tuvo éxito: sintió miedo, pero, aun así, respondió al llamado de
Jesús. Tal vez los que fracasaron fueron aquellos que nunca lo intentaron.
Jesucristo arriesgó todo por nosotros. ¿Qué estamos
dispuestos a arriesgar por Él?
«La vida es un aventura arriesgada o no es nada». Helen Keller
(La Biblia en
un año: Job 1-2 – Hechos 7:22-43)
MARION
STROUD - (Devocional “NUESTRO PAN
DIARIO")